Los fuertes ingresos vienen en primer lugar por una economía que ruge y un consumidor optimista. Con más efectivo en la billetera gracias a la rebaja de impuestos, los estadounidenses están gastando más… pero es que el boom también refleja un amplio reordenamiento de un sector que factura US$3,5 billones, con menos cadenas minoristas quedándose con una mayor porción de las ganancias. Renovarse o morir. Las tiendas que han aprendido a equiparar la facilidad y la gratificación instantánea del comercio electrónico están floreciendo, mientras que las que no evolucionaron están quebradas o al borde de la misma.
“Los minoristas que entienden la cosa reconocen que Amazon ha cambiado la conducta de los consumidores para siempre“, explica Barbara Kahn, profesora de marketing y ex-directora del centro de comercio minorista de la Wharton School. “Ir de compras no debe ser algo que me resulte trabajoso“, y es que tras el revulsivo, muchos comercios exitosos ahora son un cruce entre un local de comidas al paso con ventanilla para autos y un conserje de hotel.
Los agoreros predijeron que el comercio online, encabezado por Amazon, un día conquistaría todo el comercio minorista, volviendo obsoletas las tiendas tradicionales, y es que el año pasado el cierre de tiendas alcanzó cifras récord y ninguna clase de comercio minorista se salvó -de hecho en Nueva York y en otras grandes ciudades muchos comercios, grandes y pequeños, continúan en dificultades-, pero he aquí que el ritmo de los cierres se ha desacelerado, a medida que quedaron eliminados los comercios menos rentables y las compañías más débiles colapsaron.
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