La justicia debería investigar ésto

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Entre el 25 de marzo y el 2 de abril fallecieron nueve personas por coronavirus que vivían en el centro de mayores Santa Elena. No los llevaron al hospital, se quedaron en la residencia. Los médicos los sedaron para evitarles el dolor y allí murieron. El testimonio, crudo, es de Francisco Nemesio, secretario y portavoz del patronato que rige este centro, referencia en Torrent desde que se creó en 1927 a través de una fundación inspirada en el humanismo cristiano.

La semana pasada también se ha conocido un informe interno de la conselleria de Sanidad Valenciana sobre estadísticas de lugares en los que ha habido víctimas mortales por coronavirus. Indicaba que un 57% de los residentes en los geriátricos valencianos fallecidos por la pandemia han muerto en sus centros y no en los hospitales. Eso supone que 6 de cada 10 enfermos de Covid-19 de las residencias no fue llevado a un hospital para su tratamiento. En esta pandemia han muerto más de quinientos residentes, y ha dejado un rastro de más de 170 geriátricos afectados.

La residencia Santa Elena está intervenida por la conselleria de Sanidad desde el 16 de abril, cuando empezaron a incorporarse sanitarios de la administracion autonómica. La toma de control de esas instalaciones culminó el 19 de marzo. Buena parte de la plantilla estaba entonces o enferma de coronavirus o en cuarentena. El patronato había lanzado un grito de socorro porque con los medios que tenía no disponía de manos ni medos para atender a sus residentes enfermos. Y pese a la intervención, siguió el goteo de muertes. «Había un protocolo que tenían establecido para no enviar a los mayores de 75 años al hospital. Se quedaban en la residencia, los sedaban y morían. Esa es la verdad», recalca Nemesio. «Había instrucciones», reitera. «En el hospital no iban a llevarlos a la UCI ni a ponerles ventiladores. Todos tenían más de 80 años y la instrucción era no mandar al hospital a los mayores de 75 con patologías previas o con enfermedades crónicas», afirma dolido. «De esta manera, sin llevarlos al hospital, no fallecieron ni uno ni dos ni tres residentes, sino muchos más», asegura Francisco Nemesio.

Durante los últimos 15 años la edad media de los mayores que viven en geriátricos se ha situado en 84 años y muchos de ellos presentan patologías y enfermedades crónicas, lo que dificulta un tratamiento exitoso, especialmente la intubación.

Recuerda este directivo del patronato de Santa Elena que «entre el 12 y el 16 de marzo murieron tres residentes en el Hospital General ingresados días antes, cuando el virus todavía no había llegado a desbordar a los sanitarios. El 16 y el 18 de marzo murieron dos ancianos en la residencia. Del 21 al 24 de marzo expiraron tres residentes que habían sido hospitalizados tiempo atrás, igual que el 27, cuando finó otro en el General, y entre el 25 de marzo y el 2 de abril fallecieron nueve residentes que no fueron hospitalizados», asegura. La conselleria de Sanidad tenía, y aún tiene, el control médico de la residencia Santa Elena. La conselleria ha llegado a medicalizar una treintena de geriatricos durante la parte más dura de la crisis, una de cada 10. Ahora aún hay 28 residencias intervenidas.


Fuente y articulo completo:  lasprovincias.es/comunitat/quedaban-residencia-sedaban-20200524002722-ntvo.html

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