Las compañías de servicios funerarios durante la primera ola del coronavirus fueron uno de los sectores más afectados porque el tremendo número de fallecidos produjo una saturación de sus medios materiales, por lo que muchas han querido reaccionar de cara al segundo repunte y, para ello, han reforzado sus protocolos higiénico-sanitarios, aumentado el stock de equipos de protección EPI, impulsado el aprovisionamiento de sudarios y ataúdes, así como aumentar los crematorios en funcionamiento.
De entre las medidas aportadas por algunas de éstas empresas en sus instalaciones destacan aportes tecnologicos que han permitido dotar las salas de velatorio con equipos y cámaras que detectan si pueden entrar más personas o no, así como cámaras termográficas de acceso para medir la temperatura corporal y evitar que entre gente con presuntos síntomas –durante los primeros meses de la pandemia solo podían asistir tres personas por difunto, pero ahora dependiendo de los metros cuadrados que tenga cada sala existe una posible ocupación de hasta el 50%–
Entre otras medidas que han adoptado por las restricciones impuestas destacan su transformación digital, por la que las diferentes familias de difuntos han podido contratar online o telefonicamente sus servicios con plena valides juridica, ampliando el tradicional “catalogo de servicios funerarios” mediante extras tales como la posibilidad de tener un espacio digital en la web para homenaje al difunto mediante un perfil público o privado, –según prefiera la familia-, la reproducción en streaming de ceremonias a través de internet y acceso a las fichas de cada difunto, de forma que los familiares puedan acceder a una ceremonia introduciendo un nombre de usuario y contraseña facilitado, directamente sin necesidad de desplazamiento al tanatorio.
Fuente: elconfidencialdigital
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