Progreso con seso

COLABORACIONES EXTERNAS – JPGG

La disminución en el consumo de energía per cápita siempre ha llevado en el pasado a la decadencia de las civilizaciones y una involución a una forma de vida más primitiva. Por ejemplo, se cree que el agotamiento de la madera fue la razón principal de la caída de la civilización maya en este continente y del declive de civilizaciones otrora florecientes en Asia. India y China alguna vez tuvieron grandes masas forestales, al igual que gran parte del Medio Oriente. La deforestación no solo disminuyó la base energética, sino que tuvo un efecto desastroso adicional: al carecer de cubierta vegetal, el suelo se perdió con las lluvias y, con la erosión del suelo, también se redujo la base nutricional de estas
sociedades. (Discurso del Almirante Hyman G Rickover en 1957)

Este razonamiento está extraído del blog https://crashoil.blogspot.com/, del investigador científico ANTONIO TURIEL.

Tomemos como punto de partida este razonamiento:

El aumento en el consumo de energía, lleva al progreso de la humanidad. La disminución del consumo, lleva a la decadencia.

En la actualidad, la batalla contra el CO2 ha movido a la aparición de movimientos contra los combustibles fósiles y su sustitución por energías renovables.

En primer lugar, no olvidemos que las especies vegetales necesitan el CO2  para crecer y proporcionarnos madera, sustento, etc. Tampoco debemos olvidar que el mundo actual está montado sobre unas redes de distribución de energía basadas en las de los productos petrolíferos (oleoductos, petroleros, camiones cisterna, gasolineras y,  finalmente, depósitos de combustible en el punto de consumo).

Al hacer la sustitución apuntada unas líneas más arriba, se hace imprescindible montar unas redes de distribución de la electricidad, que es el nuevo combustible. Estas líneas eléctricas, en la actualidad sólo alcanzan a cubrir parcialmente las demandas de los hogares, industrias, comercios y transporte ferroviario y no cubren nada el transporte marítimo, aéreo y por carretera.

Por ejemplo: Si pensamos únicamente en el vehículo privado, guardado en garajes en los sótanos de viviendas, el sentido común nos dice que las líneas eléctricas que suministran a esos edificios son totalmente insuficientes para cargar baterías si todos los coches fueran eléctricos. Y hay que añadir un dato: Por regla general, los coches particulares están parados un 95% del tiempo (compruébelo con los datos de su vehículo).  Ahora, añada suministrar electricidad a taxis, reparto de mercancías dentro de la ciudad y resto de vehículos que aparcan en la calle. Esto, en cuanto al pequeño vehículo de movilidad.

En el caso del transporte por ferrocarril, podemos establecer que el 50% está electrificado. Se apunta como solución más eficiente, electrificar el otro 50% y potenciar el transporte de mercancías en horas bajas de transporte de personas para mantener la red eléctrica en un consumo constante de electricidad y así, rentabilizarla.

El transporte de personas y mercancías, por carretera, es ineficiente desde el punto de vista del tiempo de recarga y de la total falta de electrolineras. Recordemos lo apuntado antes, las redes de distribución de productos petrolíferos no han sido substituídas por nuevas líneas de distribución de electricidad.

Soluciones, con el tiempo, se establecerán muchas. Pero no hay tiempo. Se quiere suprimir la venta de motores térmicos para 2035 (hace tres años, se había establecido en 2050).  Por tanto, como solución rápida se puede considerar en la posibilidad de electrificar el subsuelo de las carreteras, de manera que los vehículos reciban electricidad a medida que avanzan circulando. Por otro lado, distribución de plantas de electricidad en malla interconectada y junto a los puntos de consumo (calles, carreteras, polígonos industriales, barrios, hospitales, etc.). Nuevos modelos de otros centros de consumo. Por ejemplo, repensar las universidades como centro físicos y convertirlas en centros virtuales. Los centros comerciales donde se puede ir a pasar el día se podrían transformar en lugares de encuentro en el metaverso, mientras nos llega a casa la compra hecha a distancia (electrónica, comida, ropa, …).

En el caso específico de España, la situación es más delicada que en la mayoría de Europa, por la orografía. Somos un país muy montañoso y con esa característica, los vehículos eléctricos gastan más kwh aquí que en otros lugares, por lo que será más caro implementar redes para alimentarlos. Hay que añadir la insularidad de Baleares y Canarias. Todo ello  nos obliga a ponernos antes a la tarea y, en este momento, vamos muy retrasados. No olvidemos las primeras líneas de este escrito.

 

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