La relación de la acción con la EMA 200 es paradigmática y una bofetada para esta nueva hornada de profesores y mentores de traders que creen que las medias móviles, Fibonacci, las figuras , las pautas y el chartismo no sirven para nada por obsoleto y anacrónico a los tiempos que corren, que lo que sirven son sus indicadores intradiarios basado en tal o cual criterio automatizado que marca entradas y salidas, luego van los parvos a comprarles el sistema y falla más que una escopeta de feria, porque igual replicarles sus operaciones es absolutamente imposible porque en un segundo se malogran plusvalías o se entran en minusvalías.
Luego tienen al cliente trabajando para recuperar pérdidas y lo que hace este es ir derecho a la ruina, y nadie dice que el sistema de esta gente no sirva, si vale claro, pero para ellos que ponen las órdenes automatizadas cuando el sistema se lo dice en directo cuando llega al cliente ya hay delayed aunque opere en tiempo real. Y lo que que es compra a las 10.20 horas a las 10.25 horas resulta que es venta y hay que entrar corto o cerrar el largo.
En fin corto el tema, como veis desde el microcolapso financiero de febrero marzo que ya parece un flash crash más bien la acción fue apoyando sus correcciones sobre la EMA 200 y el precio solo hacía subir y subir, el año pasado también lo hacía pero ya no había más máximos en la zona 550 sus manos fuertes decían basta y soltaban papel pero por abajo seguía funcionando la EMA 200 y dando dinero en los rebotes.
Ahora bien, la EMA 200 este año no solo la ha perdido sino que de soporte pasa a convertirse en resistencia, además canta divergencia bajista y el MACD se cruzó a la baja antes de llegar a la línea cero desde sus mínimos anuales del indicador, todo ello junto hace que sea una acción para sacarla de cartera aunque quien lo haga luego se tire de los pelos por hacerlo, sabemos que es difícil comprar, que más difícil es vender pero es una pena regalar las plusvalías acumuladas si la acción entra en estructural corrección de todo lo subido desde marzo 2020.
Más vale llorar por dejar de ganar que hacerlo por haber perdido lo ganado. Saber salir a tiempo también es un riesgo que hay que asumir.