
Esta gestora saltó a la fama financiero-bursátil como nueva gran loba de Wall Street en 2020 con sus ETFs compuestos por empresas de la disrupción, copó portadas, era la líder en materia de gestión, se copiaban sus inversiones y se la llegó a considerar gurú del mercado, pero claro las copias de su carteras fueron en 2021 y el hechizo de esta señora se deshizo nada más comenzar tal año , curiosamente en sus etfs más vendidos : ARKG, ARKK, ARKQ y ARKW.
Así que quien copió su portfolio sin ton ni son porque la fe en ella era ciega pues lo está pasando muy mal en los dos primeros y los dos últimos pues simplemente ha recuperado , pero los cuatro en 2022 estaban a niveles del 2020.
Lo que está claro es que la simple indexación al Nasdaq con el ETF más común y ordinario de todos QQQ ha ridiculizado por completo a sus inventos disruptivos convertidos en vehículos de inversión colectiva, sus inversores estarán maldiciendo la hora en que no compraron el Nasdaq y no ETFs sectoriales con aparentemente un impresionante futuro.
Quizás más adelante pues oiga fue un acierto pero para ello tendría que suceder otro 2020 y aún así igual no ganarían y recuperarían todos sus clientes. La confección de carteras temáticas para convertirlas luego en ETFs para comercializarlo con sello propio tiene estas cosas, que son ruinas o minas, hay creadores de fondos y ETFs de autor realmente magníficos pero curiosamente nadie los tiene pese a rentabilidades de tres dígitos e incluso cuatro.
Lo único bonito que podemos decir de estos productos financieros basados en la disrupción es que al menos han roto sus bajistas principales del 2021 y algo es algo dijo un calvo cuando se encontró un peine, igual cobra de nuevo vigor lo de la agenda 2030/50 y se vuelven a vender como rosquillas.
También en honor a la verdad ha tenido éxito en sus crypto ETFs pero hemos visto los más comercializados.
Deseamos que los vientos bursátiles le cambien a esta señora para que sus inversores vean retornar su dinero o al menos salirse a mucho mejor precio. Por eso repetimos siempre el dicho «de bolsa nadie sabe nada».