
«Algunos expertos , como el ex economista jefe del FMI y ganador de la edición de este año del premio Fronteras del Conocimiento de Fundación BBVA, Olivier Blanchard, sostienen que la UE debe protegerse del proteccionismo de Donald Trump, estableciendo alianzas económicas y tecnológicas con China. El problema, sin embargo, es que China está dejando de lado a Europa. La inversión extranjera directa (FDI, por sus siglas en inglés) de ese país en la UE lleva cayendo desde hace una década y media y, aunque a falta de datos definitivos es posible que en 2024 se estabilizara, es solo una sombra de lo que fue. En realidad, Pekín lleva casi diez años recortando su inversión en los países industrializados en beneficio del mundo en desarrollo. Según el FMI, en 2016, el 68% de la inversión directa china fue al mundo desarrollado; en 2023, esa proporción alcanzó sólo el 23%. La UE va a tener que trabajar mucho si quiere llevar a cabo los planes de Blanchard.» fuente
Nuestra impresión es que China invertirá en Europa lo justo y necesario para poder minorar aranceles emprendiendo joint-venture con empresas europeas de la automoción e instalando centrales logísticas para la posterior distribución en cada Estado miembro, porque los intereses chinos son primordialmente coches y electrónica y productos de consumo diario.
Para ellos es mucho más rentable a todos los efectos ir a establecer convenios bilaterales con economías emergentes para poder parasitarlas mejor dado que su desarrollo burocrático es fácilmente permeable y muchas veces basta con simples sobornos con calderilla a los gobernantes de los mismos para conseguir espacios estratégicos desde donde transportar las materias primas y productos acabados de esos países en vía de desarrollo a los desarrollados y obtener pingües plusvalías.
Esto a su vez creará mercado donde China pueda comprar barato materia prima bruta o a granel y luego reenviarla envasada, o vender otro tipo de producción por tener el mercado abierto, y esto perjudicará a los EEUU como a Europa que no tendrán más remedio que seguir arancelando a los productos chinos en las economías desarrolladas, pero todo esto no es un futurible, esto ya se ha hecho y se está haciendo en la actualidad y cada vez en más países , ahora mismo se hacen más operaciones mercantiles internacionales en yuanes que en dólares americanos.
Europa y Japón agonizan económicamente, en Europa porque envejecemos y las nuevas generaciones ya son mixtas, es decir están viniendo de fuera los hijos que no tuvimos y en Japón la ancianización de los grandes ceos coartan los proyectos de talentos locales que optan por emigrar a EEUU para desarrollarlos por la reticencia de las grandes empresas a lo nuevo porque piensan que si lo viejo es bueno y funciona para qué entrar en gastos con lo nuevo. Esto ha sido la gran oportunidad de Corea del Sur, China y los dragones dorados limítrofes que le han comido mucho mercado tanto en oriente como en occidente.
La economía financiera ya sabemos que no emite en la misma frecuencia que las economía real. La diferencia está por ejemplo entre un japón agonizante y una china que hay que contenerla con trampas arancelarias para que no inunde el mundo con su producción y reviente economías domésticas porque su nivel de competitividad, investigación, desarrollo, innovación, calidad y precios son muy difícil de encontrar competidor, China es la que más da al consumidor por menos, ellos no buscan la calidad tampoco buscan la cantidad. Ellos pueden vender relojes de cientos de miles de euros la unidad , ellos prefieren vender cientos de miles de relojes low cost y ganar más que todas las marcas de lujo suiza juntas. Por eso hay que jugar sucio con ella e impedir por todos los medios posibles su expansión comercial porque deja a las demás economías regionales sin mercado.
Tras el rebote del covid occidente dejó de enviar flujos de capital a China, los grandes creadores de mercado han dejado de invertir en ella paulatinamente y de una renta variable atractiva y llena de oportunidades ha pasado a otra con más incertidumbres y peligros y ahora más con Trump en la Casa Blanca. Pero cuidado los chinos son de todo menos tontos y donde las dan las toman, les ponemos difícil vender por nuestros aranceles , ellos invertirán menos en nosotros y nos cobrarán más por lo que salga de allí para aquí.