Lección rápida sobre inversiones: ¿miedo o realidad?

 

En enero de 2022, el inversionista Bill Ackman compró acciones de Netflix por 1.100 millones de dólares.

Tres meses después, vendió todo con una pérdida de 400 millones.

¿El motivo? El mercado entró en pánico.

Lo interesante es que Netflix no estaba en problemas: la empresa seguía generando beneficios y manteniendo a sus suscriptores. Pero el precio de la acción cayó de todos modos.

Este caso muestra algo clave: Cuando una acción se desploma, es importante preguntarse si el negocio realmente está mal… o si simplemente hay pánico generalizado.

Distinguir entre una empresa con problemas reales y una reacción emocional del mercado puede marcar la diferencia entre vender en el peor momento o mantenerse firme hasta la recuperación.

¿Tú qué habrías hecho? ¿Vendías como Ackman o aguantabas la caída?

Moraleja: lo que no se puede hacer es comprar en máximos históricos y vender cuando hay que comprar, todos cometemos errores, nadie está blindado a ellos, lo de las manos fuertes nunca pierden es una leyenda urbana, muchos cometemos dos errores en una misma operación comprar mal y vender peor asesorados por el miedo a perder más o perderlo todo. El mercado a fin de cuentas es un juego de codicia y miedo, es decir de control emocional no gana el que más sabe sino el que más seguro está de lo poco que sabe.

Un gráfico de un activo no es más que la representación gráfica del estado anímico de los que tienen ese activo en función de un contexto determinado.

Hay gente que no gana miles de euros por no pagar una miserable cuota a un coach financiero que acredite consistencia a lo largo de su periplo profesional. Al igual que hay gente que regala miles de euros al banco por no ir a un asesor financiero-fiscal para que le consiga la mejor hipoteca posible del mercado.

En bolsa con saber no basta ni sumando la experiencia, se gana siempre cuando además tenemos paciencia y prudencia. Con estas cuatro cosas poseemos el santo grial o  el escudo sagrado contra el mercado, el control emocional, y se tiene control emocional cuando sabes que de cada diez operaciones que hagas ocho las vas a cerrar en positivo  y que pase lo que pase mañana a la integridad de tu patrimonio no le va a pasar nada, solo tiene miedo quien está en el mercado con más de lo que debería tener en él.

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