
1) Adiós a la Triple A
En agosto de 2011, S&P Global rebajó la calificación de la deuda pública estadounidense de AAA a AA+.
En agosto de 2023, Fitch rebajó la calificación de la deuda pública estadounidense de AAA a AA+.
Y la semana pasada, Moody’s rebajó la calificación de la deuda pública estadounidense de Aaa a Aa1.
El motivo de la rebaja no debería sorprender a nadie…
Grandes déficits fiscales y crecientes costos de intereses, con sucesivas administraciones y congresos estadounidenses que no han logrado revertir esta preocupante tendencia.
2) ¡Hola a un Déficit Grande y Feo!
La Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó por un estrecho margen la «Ley de un Proyecto de Ley Grande y Hermoso» con una votación de 215 a 214.
El proyecto de ley extiende los recortes de impuestos de 2017, añade una serie de recortes adicionales (sobre propinas, pago de horas extras, aumento de la deducción estándar para personas mayores, etc.) y aumenta el gasto general.
Si se aprueba en su forma actual, esto significaría dos cosas: mayores déficits anuales que los actuales y mayor endeudamiento público (el proyecto de ley aumenta el límite de la deuda nacional en 4 billones de dólares). La CBO proyecta que el proyecto de ley aumentaría el déficit presupuestario en 3,3 billones de dólares durante los próximos 10 años, con déficits mayores en los primeros años debido a la concentración anticipada de nuevos recortes de impuestos.
¿Pero qué pasa con los recortes de gasto de DOGE?
Ninguno de ellos se codificó en el proyecto de ley, lo que significa que cualquier ahorro anunciado en los últimos meses podría ser solo temporal.
El proyecto de ley se encuentra ahora en el Senado, donde se esperan cambios. Pero ¿exigirán los halcones fiscales un proyecto de ley que realmente reduzca el déficit? Tal como están las cosas hoy, las probabilidades de que eso ocurra parecen bastante bajas.
3) Revuelta en el mercado de bonos
La posibilidad de mayores déficits, mayor oferta y mayor inflación ha provocado la revuelta de los inversores en el mercado de bonos. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 30 años alcanzó su nivel más alto desde 2007 la semana pasada, superando el 5,1 %.
Este no es un fenómeno exclusivo de EE. UU. En Japón, el rendimiento de los bonos gubernamentales a 30 años alcanzó un récord del 3,00 % la semana pasada tras una subasta débil de bonos de nueva emisión. Japón tiene una de las ratios de deuda sobre PIB más altas del mundo (superior al 200 %) y ha experimentado una inflación superior al objetivo de su banco central durante 34 meses consecutivos.
@Charliebilello / Creative Planning