Conclusiones clave:
- La estacionalidad favorece a los inversores: históricamente, noviembre y diciembre han sido meses fuertes para las acciones, especialmente cuando el S&P 500 sube un 15% al cierre del año.
- Resultados resilientes: Casi el 87% de las empresas del S&P 500 han superado las expectativas de ganancias, uno de los mejores resultados en años.
- El sentimiento sigue siendo escéptico: las encuestas continúan mostrando más pesimistas que alcistas, pero la confianza está aumentando a medida que los inversores miran hacia un posible repunte a fin de año.
- La inflación se modera, pero persiste: el IPC subyacente aumentó solo un 0,23% en septiembre (2,8% anualizado), lo que muestra progreso incluso cuando los precios del sector servicios se mantienen firmes.
- La Reserva Federal adopta una postura más moderada: se espera que los recortes de tipos continúen hasta 2026, lo que podría situar la política monetaria por debajo del 3%, una situación que históricamente ha respaldado a los mercados.
- Disminución de las tensiones comerciales: Los avances de China del Sur en materia de aranceles y tierras raras constituyen otro factor macroeconómico favorable para la confianza de los inversores.
- Amplitud del mercado: Los índices de igual ponderación del S&P 500, Dow y Nasdaq alcanzaron recientemente máximos históricos, lo que demuestra una fortaleza más allá de las megaempresas tecnológicas.
