Cuando voy en mi Jet privado acompañado siempre de un séquito de asesoras financieras me gusta bajar y tomar un café express en algún bar del centro Moscú, Tokio, Ginebra, Hong Kong … esto es de una película claro … viendo la tabla de precios de los cafés más caros del mundo comprendo porque el protagonista del film no presumía ni de avión ni de chicas, presumía de café … miren el coste por capital