Según cita el economista aquí los sindicatos UGT y CCOO (que desde hace años están bajo sospecha por el verdadero uso de los fondos para asesoramiento o formación) y los últimos escándalos surgidos en Andalucía, han puesto de manifiesto una costumbre muy arraigada en los dos sindicatos mayoritarios: ingresar dinero ajeno (no proveniente de las cuotas de sus afiliados) y abstenerse de rendir cuentas sobre el uso de esos caudales… ése ha sido el destino de al menos 500 millones de euros en los últimos diez años.