Se da la circunstancia de que Telefónica es, en la actualidad, el mayor ‘contenedor‘ de contenidos audiovisuales del mercado, con productoras afines y derechos de emisión a los que sacar mucho jugo como los del motociclismo sin ir más lejos, los cuales está ampliamente comercializando a través de sus conexiones de FTTH (de hecho se comenta que más del 85% de altas en FTTH incluyen el pack de TV).
Desde el día en el que el Ministerio de Hacienda filtró un informe confidencial (publicado por el diario El Mundo) donde se daba cuenta de que la deuda de RTVE era de 830 millones de euros e iba en ascenso, pudiendo ocasionar una quiebra técnica de RTVE, las alarmas se dispararon.
Así las cosas, en medios próximos al Ejecutivo se ha llegado a valorar una posible compra de RTVE por parte de Telefónica, llevadera mediante una ‘gestión mixta‘ por unos 1500 millones de euros, para lo cual el Gobierno tendría que cambiar el actual marco legal para que Telefónica pudiera competir con Mediaset y Atresmedia, publicidad incluida, y amortizar así la inversión. Ciertamente, la jugada entraría «de fábula» en los planes de Telefónica, quien ha apostado muy fuerte por la implantación de fibra óptica añadiendo servicios audiovisuales como valor añadido a sus ofertas de 10 y 100 megas de velocidad, y que plantea reemplazar para antes de 5 años todos los servicios ADSL por FTTH a nivel nacional.
Algunos malpensados pensarán que primero se benefició a las cadenas privadas impidiendo la emisión de publicidad en el énte público, ahogando así sus recursos y que ahora mejor «cuasi regalamos RTVE» a una empresa afín… ¿porque no la sacan a subasta y que mejor pujen todos por ella, que seria la forma en la que más dinero se recaudaría?