José García Solanes, catedrático de Economía en la Universidad de Murcia, nos recuerda que «deuda» y «déficit» son dos indicadores que, pese a estar muy ligados, son muy diferentes, ya que la deuda engorda con el déficit anual del Estado y al no poder hacer frente a todas las facturas de Administraciones y Seguridad Social, así como gastar más de lo que se recauda, se pide prestado a los mercados internacionales y por tanto se emite deuda; la relación básica es que mientras haya déficit, por muy pequeño que sea, la deuda siempre irá aumentando; por tanto, la deuda representa el dinero global que el Estado ha pedido prestado a terceros –los mercados– para poder financiarse porque sus ingresos no son suficientes, siendo ésta ya de casi el 140% de nuestro PIB en el 2013
Como el déficit se acota a las cuentas del Estado año tras año y define en cuánto se han excedido los gastos de los ingresos, tendríamos que un déficit cero o positivo significaría que no se gasta más de lo que se ingresa, mientras que un déficit en negativo, implicaría un exceso de gasto, considerándose por tanto siempre cualquier reducción del déficit como un alivio en el crecimiento de la deuda
El problema es que los intereses acumulados por nuestra deuda suponen una factura considerable –al menos en 2013 el ejecutivo habría pagado únicamente en intereses unos 38000 millones de euros, que se dice pronto– lo que repercute en que los requisitos de crecimiento deban ser mucho mayores, es decir, la economía debe crecer lo suficiente como para hacer frente al pago de la deuda más los intereses que se piden y además, permitir a su vez reducir el déficit público porque se recaude más
«La formula para poner el contador de la deuda a cero, es que el PIB debería crecer siempre a un ritmo superior al interés real; es decir, habría que restar al tipo nominal que paga el Estado por su deuda en promedio, el nivel de inflación”, cita José García Solanes, y según esas cuentas, nuestro crecimiento debería colocarse al menos en el 4,2% éste año –o sea, un 4,5% de interés nominal menos una inflación del 0,2%–