La crisis ha esquilmado y expoliado a la clase media no solo de renta sino también de derechos, los autónomos eran gran parte de ella y hoy son clase baja, mileuristas en el mejor de los casos si han sobrevivido a la poda de las reformas estructurales del Gobierno, el mercado de trabajo está forzando a miles de personas a darse de alta en el RETA para maximizar beneficios y elevar la productividad al máximo. Obviamente el Estado nota el bajón no sólo en número sino también en cuantía de cotización, la inmensa mayoría de altas nuevas pagan «el mínimo» permitido.