El préstamo ordinario financiero está siendo superado verticalmente por el denominado peer to peer, es decir, de particular a particular aunque el particular pueda ser una persona jurídica, lo malo es que el contrato de préstamo entre particulares o entre particular y prestamista profesional tiene más trampas que una película de chinos y al final el coste es bastante más caro que tomarlo por cauces habituales en nuestra sucursal. pero claro es que en su sucursal igual no se lo dan porque no se fían de usted.
Los hechos son tozudos, ahora mismo la banca prefiere ser penalizada por el BCE (ya eso lo compensa tangándonos vía comisiones) o prestarse entre ella misma antes que meterlo en el sistema productivo, ellos aún no ven el tema claro, o lo que piensa servidor que quieren más y más antes de hacerlo.