No sólo las grandes fortunas –como las de Emilio Botín o Isidoro Álvarez– pueden aliviar el impacto del Impuesto de Sucesiones; si se planifica, el coste de heredar puede ser menor mediante 3 sencillos métodos…
Hace unos días el ex-presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, dejaba claro cuál fué en 1989 el impacto de la herencia del padre de Emilio Botín para las arcas de Cantabria: «supuso una inyección de 10.000 millones de las antiguas pesetas«, citaba… Ahora, 25 años después, el impacto que dejará la sucesión de los bienes que Emilio Botín ha dejado a sus herederos tras fallecer hace unas semanas será, desafortunadamente para la Administración, mucho menor, aunque haya más patrimonio en juego.
Salvando las distancias con las sucesiones de Emilio Botín, Isidoro Álvarez o Rosalía de Mera, entre otros, usted también puede organizar el reparto de sus bienes para que a los suyos les cueste el menor dinero posible. «Es mejor realizar una sucesión testamentaria que la intestada«, explica Isabel Gozalo, letrada del Consejo General de la Abogacía, «ya que es más lógico que quien otorga el patrimonio haya dejado indicado las líneas generales del reparto respetando lo que dice el derecho«.
Tres son las grandes opciones con las que cuenta un ciudadano para evitar la mordida tributaria que le aplicará su «querida» CCAA: a) el cambio de residencia fiscal, b) las donaciones en vida y, sobre todo, c) el uso de las bonificaciones a la empresa familiar.
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