Con el término «SMI» no me refiero a Salario Mínimo Interprofesional, sino a «Salario de Mierda Internacional» más bien, que es la sensación que me queda tras haber leido la siguiente historia que les cito a continuación:
Tres meses después de volver a España tras acabar mi Erasmus, en lo mejor del barrio de Salamanca –– me han pagado mi primer sueldo: 58 euros. A 3,6 euros la hora, en una tienda de una multinacional “verde”, dedicada a los productos ecológicos, zumos y verduras sanas, regentada por gente joven que dicen haber pasado por lo que todos nosotros… El local abrió en agosto. El domingo, 5 de octubre de 2014, al recoger mi nómina y el cheque con esos 58 euros por trabajar cuatro horas, aunque tengo que estar a las 9.30 y me voy a las 3 para abrir caja y cerrar las cuentas todos los domingos, deprimida y humillada, pensé que si comparo renta per capita y desarrollo, ya no estamos tan lejos de los sueldos asiáticos, esos que mueven las campañas contra Nike o Zara. Pese al miedo por prescindir de una mierda de trabajo, pudo mi dignidad y me marché, eso sí, tras esperar a que otra viniera a hacerse cargo del negocio, y aún así, mi conciencia no está tranquila ¿Y si no encuentro otra cosa? El mes pasado yo fuí uno de los puestos de trabajo que creó el Gobierno Rajoy. Os adjunto mi historia con mi maravillosa nómina de 58 euros y la nota que dejé a mi jefe, por si os sirve de algo.
El articulo completo con más detalles de la historia que prefiero omitir por las arcadas que me produce, lo pueden ver aquí
Sin ánimo de polemizar, pero que una chica que ha estado de Erasmus, escriba SETIEMBRE, da para analizar muchas cosas