Pese a que los titulares de sus derechos de explotación del citado juego defiendan que su autor fué un vendedor en paro llamado Charles Darrow, quien fraguó la idea del juego Monopoly de la nada, unas sorprendentes y recientes investigaciones han revelado que la auténtica creadora del Monopoly fue una mujer llamada Lizzie Magie, que, en 1904 y marcada por profundas ideas socialmente reformistas, creó un curioso juego llamado «Lanslord’s Game».
Lizzie era una ardiente defensora de las teorías del economista Henry George y concretamente de su “teoría del impuesto único”, por tanto era profundamente anti-monopolista; dicha teoría requería un sistema que considerase la propiedad de todo aquello que se encuentre en la naturaleza como algo inherente a toda la humanidad y por tanto sujeto a impuestos, mientras que todo lo que fuera producto de la invención humana, debería estar exento de gravámenes, creyendo pues que tal sistema impediría la formación de monopolios pero manteniendo sin embargo intactos los incentivos a la propiedad privada.
Lizzie incorporó dos conjuntos de reglas diferentes en su juego, a elegir en cada partida: las primeras eran reglas anti-monopolio, en las que todos los jugadores se veían recompensados cuando se creaba riqueza; el segundo conjunto de reglas era el actual, es decir, reglas monopolistas, creadas con el único objetivo era crear monopolios y aplastar a los oponentes.
La intención de Lizzie era demostrar que en su sistema de impuesto único, todo el mundo ganaba, mientras que en uno basado en el capitalismo desenfrenado, sólo ganaban unos pocos, que se apoderaban de todo… Evidentemente cuando los derechos del juego de mesa fueron adquiridos por el monopolio Parker Brothers eliminaron el primer conjunto de reglas, dejando sólo las que ya conocemos, convirtiéndose así en el juego de mesa más representativo del sistema capitalista.
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