Todo el mundo se muestra alarmado e indignado por la brutalidad y las decapitaciones de los terroristas de ISIS, sin embargo Arabia Saudí decapitó a tres hombres hace dos semanas –elevando ya a 48 las decapitaciones totales realizadas por el gobierno de Arabia Saudita durante 2015– y ni un sólo medio generalista lo menciona, ni citan tampoco que durante todo el año 2014 Arabia Saudí condenó a la decapitación a 87 personas…
Parece que el nuevo rey Salman, adorado y respetado por los reyes de España y otros mandatarios internacionales, tiene la marcada voluntad de dar nuevos impulsos a la pena capital en su país –que se lo digan a Mohammed al-Bajadi, miembro fundador de uno de los pocos grupos independientes de derechos humanos en Arabia Saudita, que hace unos días fue condenado a diez años de prisión por la adquisición de «libros prohibidos»–
Mientras algunos partidos se llenan la boca denunciando determinados vínculos con Venezuela o Irán, ¿alguien piensa decir algo sobre los vínculos de la familia Real Española con la familia de psicópatas, asesinos, fanáticos y criminales que rige los destinos de Arabia Saudí?
Fuente: microlector.org
Pero también tienen algo que les diferencia ¡¡¡PETROLEO!!! Y eso no dice nada bueno de nosotros.
Una cosa son las relaciones comerciales y otra el asesoramiento político a una dictadura y las muestras de admiración públicas hacia un dictador asesino de su propio pueblo como fue Chávez
Inteligente discriminación, no lo había pensado…..
Soy firme partidario de la abolición de la pena de muerte, pero la gran diferencia es que en este caso han sido condenados. Supongo que el sistema judicial será lo que sea, pero en principio aplican unas leyes que se conocen de antemano, sin arbitrariedad. O no, vete a saber. Que sea decapitación es tan lamentable como la inyección letal o la silla eléctrica, pero entiendo que el hecho de que compartan método no iguala el fondo del asunto, que es el asesinato sin garantías.
Del tema derechos humanos y dinero no merece la pena ni comentar, es muy claro. Nos guste o no los derechos humanos son una «invención» occidental, y muchas sociedades sienten que no tenemos autoridad moral por muy demócratas que seamos para ir contra sus «tradiciones culturales».