Aparte de lo del sr. Trillo y sus formas de obtener dinero de las que algunos mass-media hoy están dando cuenta, me gustaría exponerles el caso de una promoción de viviendas asequibles para jóvenes que fueron promovidas por el ayuntamiento de Sanchinarro hace unos años.
El caso es que han transcurrido diez años y el tema no hace más que desbocarse, pues los inquilinos denuncian que la gestión del nuevo dueño es pésima –lo que en el argot es «un fondo buitre»– y además les quitan la opción de comprar su vivienda aunque el fondo se justifica y dice que están negociando puerta a puerta y que las subidas son graduales.
El día en el que los nuevos inquilinos entraron a vivir en la promoción, Gallardón señaló que con estos alquileres el gobierno municipal quería «evitar una forma de exclusión social que amenaza a determinados sectores de la población, como los jóvenes«, para lo cual establecieron rentas asequibles que oscilaban entre 236 y 434 euros dependiendo del tamaño del piso –entre 45 y 74 metros cuadrados– pero la realidad es que el mes que viene esos acuerdos finalizan y tienen que renovarlos con el nuevo casero: el fondo buitre que en 2010 adquirió esos inmuebles dentro de un paquete de 630 viviendas distribuidas por la capital por 65 millones de euros. A partir de mayo, si estos vecinos quieren seguir viviendo en sus casas deberán aceptar la subida de renta que les proponen, que en algunos casos supera los 300 euros mensuales más