Si estás barajando buscar nuevas oportunidades profesionales en otros países de la Unión Europea, hay que pensar muy bien cuál es el más conveniente…
A pesar de la creencia, más o menos popular, de que en Alemania se atan perros con longanizas a nivel laboral, el hecho es que el país germano no es, ni mucho menos, el paraíso. Sus datos de pleno empleo son más que engañosos: hay, por lo menos, cinco millones de personas cuyos salarios apenas alcanzan los 500 euros con los llamados ‘minijobs’, empleos de baja cualificación, con jornadas laborales interminables, derechos sociales recortados y con un salario bajísimo para el nivel de vida del país. Muchos de los emigrados a Alemania han terminado optando a este tipo de empleos.
El Reino Unido va bien, pero sin embargo, varios millones de trabajadores del país tienen un contrato llamado ‘cero horas’. Esto supone que el empleador no tiene ninguna obligación con el trabajador, al que llama para trabajar por horas cuando le conviene, por circunstancias de la actividad o la producción. La tasa de paro británica es muy baja gracias a este tipo de contratos, que ocultan el alto desempleo que existe, sobre todo entre los trabajadores menos cualificados.
El único país que se salva es Francia, donde el salario mínimo casi alcanza los 1400 euros. A pesar de que siempre se ha pensado que los impuestos en Francia son altos, en términos porcentuales son iguales e, incluso, algo más bajos que en España. Con esa cantidad de dinero, es posible vivir sin problemas en Francia, con la excepción de lugares concretos… Sin embargo, en Francia son muy celosos de su idioma y necesitarás dominarlo con soltura para poder encontrar un empleo; además, la tasa de desempleo en Francia, aunque sensiblemente inferior que la española, sigue siendo alta para los porcentajes en los que acostumbra a moverse ese país.
Fuente: plazamayorradio