Estrenada en cines el año pasado, es una fiel critica a la situación del país en la que algunos hablan de austeridad –menos para ellos mismos y los suyos– que pasó sin pena ni gloria por la gran pantalla, pese «a tener su puntillo«…
La sinopsis de la película nos habla de Justino, un ciudadano español que pasó por una experiencia que le marcó su vida cuando trabajaba como minero –sufrió un accidente que se llevó la vida de siete de sus compañeros– y le concienció con las causas sociales; dado que no le gusta nada la situación del país en el que vive –tanto a nivel económico como social– piensa que ya es hora de que alguien haga algo para cambiarla… Así, Justino, ayudado por Ramón, decide tomar las riendas y se convierte en un justiciero social, asustándose las élites cuando aplican «su concepto de justicia«, como por ejemplo, raptando a un alcalde que se gastó 24000 euros del erario público en cajas de puros, al que durante su cautiverio amenaza –literalmente– con meterle un par de cajas por donde amagan los pepinos, amén de otras lindezas similares que ocurren en el flim con otros personajes … es curiosa ver «la reacción del pueblo llano» cuando la Benemérita les localiza en una gasolinera y trata de arrestarles, lo que es impedido por el currante de turno de la gasolinera, amén de otras situaciones divertidas por las que mejor les recomiendo vean la película.
Hay que ser realistas, la peli no salió bien y lo siento sobretodo por Alex Angulo, que en paz descanse, porque era un gran actor. Tenía muchas ganas de verla y cuando lo hice me llevé una gran decepción, el director tuvo una buena idea pero no supo llevarla a cabo. A veces pasa.