Acabo de recordar una lectura de hace unos días en la que, en relación a que el Ministerio de Educación destinará 48 millones de euros para subvencionar la compra de libros de texto , se propone una idea bastante factible que de seguro ahorraría a las arcas públicas –y, por tanto, a nuestros impuestos– casi el 93% de dicha partida –que podría dedicarse a otra cosa– y además favorecería una drástica reducción del coste de dicho material didáctico a cada familia española.
¿Cual es la idea? … bien, partiendo de la base del autor de dicha propuesta, la cual comparto, consistente en afirmar con rotundidad que casi cualquier libro de texto, por el mero hecho de estar en dicho formato, es incompatible con la adición de novedades o añadidos, amén de que por algún oscuro motivo cada año toca reformarlos por cambios de contenido y, por tanto, no siempre se pueden re-aprovechar para el año siguiente, plantea la idea de qué pasaría si fuese el mismo Ministerio de Educación quien estableciera un equipo multidisciplinar de docentes para elaborar todos esos libros de texto y qué pasaría si se estableciera un mecanismo para que, determinados docentes, elaborasen el material didáctico necesaria para ser usado en el aula, haciendo incluso unos números muy fiables y llegando a la conclusión de que seria económicamente más rentable, ahorrándose tanto el Estado como las familias mucho dinero.
Evidentemente, las editoriales no deben estar muy de acuerdo en la idea, ya que se les fastidiaría su negocio, aunque algunas ya hayan hecho sus pinitos en algo parecido; recuerdo años atrás la visita de ciertos comerciales que iban tratando de endosar sus «magnificas» enciclopedias multimedia con regalo de un portátil, pero con la salvedad de que la enciclopedia «iba embuida en el portátil«, hasta el punto de que si éste se fastidiaba, era como si hubieras quemado la enciclopedia –o sea que en el concepto de enciclopedia tradicional en papel, el «libro» físico era el «portátil» … que vale que se iba actualizando por Internet, pero no veas la gracia cuando el portátil dejaba de funcionar sin más al cabo de dos años y la editorial te decia que ellos no eran responsables y no podían hacer nada, y mucho menos darte un CD o DVD para instalar la enciclopedia en otro portátil ¿verdad, Manolo?–
En fin, pueden leer el contenido integro de dicha tesis en su fuente original, pulsando aquí