Ni por dentro ni por fuera, ni su actual gestión, ni su equipo, ni sus formas, ni su transición, ni sus ideas, ni su proyecto, ni sus formas , ni su cultura o política mercantil,, un banco de la talla del Santander no puede tratar así a sus inversores impactando sobre ellos cualquier descuadre del balance, campaña de marketing financiero o nuevo proyecto o aventura a emprender y con respecto a su política de dividendos es para echarle de comer aparte.
No dudamos que la entidad rebote o mejore sustancialmente pero creemos que entidades como el BBVA en su clase y BANKINTER por abajo en los medianos pueden y deben rendir al accionista mejor que él.