Nos guste o no, la realidad supera la ficción; ya hace tres años que la organización nacional de ciegos españoles cambió sus estatutos y, desde entonces, vender el cupón ya no es un derecho exclusivo de invidentes, puesto que otros tipos de minúsvalidos físicos y redes alternativas –internet, bares, gasolineras, etc– también toman parte del negocio.
Tras el cambio de estatutos, también se intensificaron las suspensiones de empleo y sueldo por baja rentabilidad y en 2014 comenzó un goteo imparable de despidos, pero es que éste año la última novedad son los contratos temporales de tres horas tres días a la semana por 470 euros… ¿estamos asistiendo a una «deshumanización de la ONCE» que tantas cosas buenas ha realizado por el colectivo de invidentes españoles?
De hecho, la principal queja de dicho colectivo es que a 31 de diciembre de 2014 –y según la Memoria de la ONCE– había en la organización 7.383 vendedores ciegos y 12.399 no ciegos, frente a la proporción inversa años antes de unos 12.000 ciegos frente a 7.000 físicos. «Nosotros no podemos competir en eficacia con los físicos. Se pueden mover mejor, ir a más sitios, ir por bares vendiendo el cupón… De hecho, las peticiones de venta del cupón de los minusválidos no ciegos las resuelven rápido, mientras que deniegan la venta a los ciegos”, se queja María, una de las afectadas… viendo los datos, la pregunta es ¿está la ONCE apartando a los vendedores ciegos?
Si quieren profundizar al respecto, pueden leer el articulo completo en su fuente original pulsando aquí
igual es una forma de dar empleo y algo de dinero a mucha gente q, de otra forma no lo conseguiría.
y, creo q los ciegos tienen pagas del estado por la minusvalía, aparte de la paga de la once.
y, la once recibe subvenciones, también.
pero, indudablemente las cosas cambian para todos. hay q adaptarse a los nuevos tiempos.