Ya… claro… que se lo digan a sus dependientes… Rafael G. lleva toda su vida trabajando como dependiente en tiendas de moda y recuerda con nostalgia sus inicios en El Corte Inglés en el año 2007, cuando le pagaban 700 euros por 12 horas a la semana… Ocho años después, los dependientes del nuevo Primark de Gran Vía ganan exactamente lo mismo por 30 horas –mismo sueldo y más del doble de horas– lo cual es un ejemplo anecdótico que sirve para ilustrar dos cosas: el daño que ha hecho la crisis a las condiciones laborales y el crecimiento imparable del modelo ‘low cost’, que se aplica tanto a los precios como a los sueldos.
Los imperios del textil que ofrecen esencialmente lo mismo –ropa de calidad media a precios populares– están «custodiados» por un ejército de dependientes, la mayoría de ellos, trabajadores a tiempo parcial «son un 60% del total y van en aumento«, explican desde Comisiones Obreras, siendo más del 80% mujeres según los informes de las distintas compañías, un porcentaje inversamente proporcional a medida que se van subiendo eslabones en la cadena de mando –ocupan el 60% de los cargos intermedios y son prácticamente inexistentes en los consejos de Administración, a excepción de Inditex, que es la única que cuenta con presencia femenina en este órgano: dos mujeres frente a siete hombres–
Sin embargo, la verdadera historia de lo que ocurre en el día a día de estas empresas no está en los convenios ni en los informes empresariales, sino en lo que cuentan sus empleados en éste interesante articulo de ‘El Confidencial’