No engordan las cifras del paro, pero están muy lejos de encarnar la imagen de la supuesta recuperación económica; el número de trabajadores pobres no ha hecho más que crecer en los últimos años y tener un empleo ya no es una garantía de bienestar.
La Organización Internacional del Trabajo estima que actualmente uno de cada cinco trabajadores de España se encuentra en situación de pobreza dado que los trabajadores con escasos recursos han ido al alza en los últimos años: ya en el año 2000 suponían el 18% del total de asalariados en España, según datos de la OIT basados en estadísticas de Eurostat, un aumento superior al incremento registrado en la media de países europeos.
Cáritas estima en un informe de 2014 que el 53% de las personas que acuden a la organización en busca de algún tipo de ayuda viven en un hogar con al menos una persona empleada. Un estudio elaborado por la Escuela de relaciones laborales de A Coruña sitúa el umbral de la pobreza para un trabajador en la cifra 856 euros de ingresos netos al mes. Para ello toman como referencia la Carta Social Europea –que establece que ese umbral debe situarse en el 60% de los ingresos disponibles en un estado miembro– y realizan el cálculo tomando los últimos datos sobre ingresos de Eurostat. Por lo tanto, el salario mínimo interprofesional –fijado en España para 2016 en los 655,20 euros– se antoja insuficiente para evitar que aquellos que lo perciben se encuentren en una situación de pobreza si no tienen algún tipo de ayuda terceros –además, el aumento del empleo a tiempo parcial propicia que en multitud de ocasiones el salario del trabajador se sitúe incluso por debajo de esa cifra–
Julián sólo ha trabajado durante 7 días en el último mes y se ve obligado a vivir «como una especie de ocupa» en un piso que va a ser embargado. María trabaja en una frutería desde hace tres décadas como una asalariada pero se ve obligada a aportar una cuota de autónomos que mengua su sueldo de apenas 700 euros. Javier estuvo varios meses trabajando en una ETT en la que su contrato de mayor duración fue de sólo 4 días. Sólo son tres personas que reflejan la notoriedad de éstos datos, pero hay más todavía
El FMI pide ‘liberalizar’ el mercado de trabajo para facilitar la insercion de los refugiados en el mercado laboral de la UE. Las recetas son las siguientes:
– Pagar por debajo del salario minimo (llamada eufemisticamente ‘excepciones’)
– Ventajas fiscales para las empresas que contraten refugiados (inmigrantes primero)
Ha llamado la atención las declaraciones de un economista liberal francés llamado Hippolyte d’Albis . Sin ningún tipo de complejo ni problema, este señor dice cosas como las siguientes: “Si razonamos de forma liberal, hay dos argumentos en favor del empleo de los refugiados o de los inmigrantes. Los refugiados tienen menos opciones, pueden ser contratados por menos dinero. Es rentable emplear refugiados“.
No hay que se Nobel de economia para intuir las consecuencias en el mercado laboral europeo. Este, entre otros igual de perversos, son los motivos para dejar entrar a cientos de miles de inmigrantes. Y la izquierda y ultraizquierda colaborando con entusiasmo y fervor en este atraco a la convivencia y a los trabajadores europeos . Refugees wellcome