«Le comunicamos que analizando sus resultados correspondientes al año 2015 hemos detectado que usted presenta una rentabilidad negativa anual de X euros. Esta es la diferencia entre su productividad y el coste (salarios y cotizaciones) que usted genera para la empresa. Le ponemos estos hechos en su conocimiento para que tome las medidas oportunas y poder corregir estos datos«.
Con estos términos se ha dirigido cierta empresa a su plantilla en cartas entregadas en mano para indicarles el «coste» que el trabajador supone para la empresa; en cada informe consta también los datos del trabajador junto con la categoría profesional que ostenta y el proyecto donde desarrolla su labor. Así, de esta forma, la empresa «les reclama» a algunos trabajadores sumas de más de 10.000 euros en concepto de «rentabilidad negativa« –para realizar el cálculo tiene en cuenta además de los costes laborales los gastos corrientes de aire acondicionado, agua o electricidad– por lo que algunos trabajadores «deben a la empresa» bastante más de lo que podrían ganar en un año.
Exigen además la firma del trabajador en concepto de recibí, así como la firma de los representantes sindicales, detallandose además la productividad en relación con la media del resto de los miembros de plantilla; evidentemente, ésto sólo ha contribuido a ampliar la tensión entre los trabajadores de ésta empresa, causando situaciones de estrés, dado que se están usando éstos informes para justificar despedidos calificados por la dirección como «disciplinarios«. Fuente: lanuevacronica.com