Una cosa está clara: gane quien gane las elecciones el próximo 26-J, en su primer mandato tendrá que poner en marcha un gigantesco plan de recortes. Así es. España deberá hacer la segunda mayor reducción de déficit desde que la crisis es crisis. Digan lo que digan, y lo digan los púrpuras, los naranjas, los rojos o los azules, la decisión es inapelable y está pasando sin pena ni gloria entre programas y propuestas pues ninguno lo explica claramente –al igual que no explican cómo piensan crear empleo cualificado en los próximos años, por cierto–
La campaña, tan atenta a los ‘barómetros’, ha hecho que la economía pase a un discreto segundo plano, pero sin embargo el peso plomizo de la realidad caerá… y pronto… Tenemos un problema grave llamado déficit y quien mande –sea monocolor, bicolor o del mismísimo arcoiris de my litlte pony– va a verse obligado al mayor plan de recortes desde que la burbuja y sus consecuencias nos reventaran en las narices para poder cumplir con las exigencias que nos vienen OBLIGADAS desde Bruselas.
Sabemos que la mayor reducción se realizó entre 2011 y 2012 cuando, excluyendo el dinero recibido como rescate europeo a la banca, el déficit cayó en unos 26.000 millones de euros. El segundo mayor recorte fue el de 2010 de 16.000 millones. Ahora hablamos de al menos 19.000 millones de euros. Este cálculo parte de que España cerrará 2015 con un déficit cercano al 5%, según lo que prevé la Comisión Europea. Aquí hay que destacar que sin la intervención del BCE estaríamos hablando de un catastrófico 7% por cierto.
El problema de España es estructural y de futuro; no sólo tenemos un problema de déficit, también de deuda, la más alta en un siglo… Nadie querrá recortar el gasto y los ingresos no van a aparecer por ciencia infusa a menos que empiece a llegar inmigración de todas partes y aumente la población –algo que por cierto no lleva camino de producirse, pues ya muere más gente de la que nace y se va más gente de la que viene–
Fuente: Marc Vidal
Es fácil recortar el déficit. Fuera las comunidades autónomas.