Russ Harris es psicoterapeuta en Terapia de Aceptación y Compromiso -un tipo de intervención psicológica orientada a la aceptación psicológica y los valores personales- y en su último libro «The Happiness Trap« estudia lo que llámanos «felicidad» y desgrana porque muchas personas no logran ser felices a pesar de lograr las metas que se proponen.
La sociedad nos vende la idea de que para ser felices debemos ponernos metas y cumplirlas –una casa nueva, un coche nuevo, adelgazar, tonificar el cuerpo para el verano, etc– y si bien es cierto que tras obtener esos objetos o metas nos sentiremos felices, será sólo por un breve periodo de tiempo hasta que ese objetivo logrado deje de satisfacernos, por lo que saldremos de nuevo a la búsqueda de otro, dejándonos con un sentimiento de vacío y agotamiento. En cambio, una vida enfocada en valores nos ofrece una mirada más amplia de la realidad y de la vida, porque aquellas personas enfocadas en sus valores además de la gratificación obtenida por los objetivos cumplidos añaden la de los valores como se puede ver en el ejemplo que Harris utiliza (subtitulado).
Lo de los objetivos esta muy bien, con el problema de que fines utilices para conseguirlos (ahi entran en juego los valores) y unos valores solo sin darles un objetivo estan huerfanos. Ambos son complementarios, no autoexcluyentes. Con una buena base de volores, conseguiras metas u objetivos dignos de hacerte feliz. Querer cada vez mas puede originar un descontrol que origine un desencuentro entre objetivo y fines para lograrlo. El precio de la avaricia o dicho en terminos economicos, el coste de oportunidad de la avaricia, puede llegar a ser la infelicidad