Siempre se ha dicho que ser piloto comercial es una profesión dura, tanto en la presión a la que es sometida dicha profesión como la dificultad de compaginar con la vida familiar, aunque al menos en los EEUU «se podía llevar» gracias a los buenos sueldos del sector, aunque claro, esa panacea terminó hace ya varios lustros, lo que unido al alto coste de la vivienda –tanto en propiedad como en alquileres– en determinadas zonas de California así como al tiempo de conducción para llegar de casa al trabajo –en ocasiones más de cuatro horas-, han logrado algo curioso: que mucho personal que trabaja en un aeropuerto traslade su residencia a una caravana instalada en el parking del mismo.
«Ojalá tuviera una cama y una ducha en la oficina» es un deseo que muchos de nosotros hemos tenido después de una larga jornada de trabajo ante la idea de tener que madrugar al día siguiente, incluso un sofá-cama instalado en un despacho como a veces hemos visto en algunas películas de Hollywood, pero lo que para la mayoría no pasa de ser una broma o un lamento, para muchos empleados del aeropuerto internacional de Los Ángeles es una realidad, con la suerte de que las autoridades del aeródromo lo permiten.
«La industria de la aviación tiene un alto índice de divorcios y estamos siempre viajando, siempre lejos de casa«, cita un trabajador que, aunque no se queja, dice le fascina vivir así y lo lleva haciendo desde hace 11 años. Los afectados por la crisis económica de 2008 y el declive de la aviación comercial se dieron cuenta de que no merecía la pena ir y volver cada día a su casa –en algunos casos ubicada a cientos de kilómetros de Los Ángeles– por lo que empezaron a surgir racimos de caravanas esparcidos por los distintos estacionamientos del enorme aeródromo hasta que las autoridades congregaron las casas rodantes en el aparcamiento B, donde se paga un alquiler de sólo 100$ mensuales.
Sus residentes presumen de su excelente organización –algo típico de los EEUU– ya que los potenciales vecinos tienen que postular para poder instalar allí su caravana, presentar su historial de antecedentes y obedecer un estricto código de conducta en cuanto a higiene y emisión de ruidos, sin olvidar, por supuesto, el requisito primordial, trabajar en una compañía aérea o empresa que funcione en el aeropuerto. Fuente: BBC Mundo