A los accionistas porque los ha atrapado en un muy vertical y repentino descenso y a los cortos porque quien no lo estaba ya no le vale la pena «aparentemente» estarlo. La acción se ha ido a apoyar a los máximos anuales de 2013 y 2014 y ya sin atender a sus fundamentales la ecuación rentabilidad riesgo favorece a los que deseen comprar y no a los que deseen vender que estos tendrán que tener ya previsto el precio de cierre de su posición. Ahold no es un chicharro, es un Euro Stoxx 50