Vestir algo único y a medida ha dejado de ser un lujo gracias a la evolución de las impresoras 3D y la investigación de creadores y startups; «se ponen suelas y venden filamentos de impresora” podría ser el cartel que veamos en un futuro próximo en las tiendas de arreglo de zapatos pues el uso de las impresoras 3D está llegando a la industria textil y de calzado, así como al doméstico.
Ha sido el campo del deporte donde el «smart clothing 3D» ha sido objeto de mayor investigación, sobre todo en ergonomía y nuevos materiales… desde camisetas que miden la temperatura y el ritmo cardiaco a zapatillas que mejoran el rendimiento deportivo. Mientras Nike se ha volcado en crear calzado a medida para atletas de competición mediante prototipos de suelas impresas en 3D, otros ya han dado el paso el año pasado con productos de consumo en forma de «edición limitada» -a precio un poco exagerado eso si- de las primeras zapatillas de deporte con media suela generada por impresión 3D –dicen que tiene más flexibilidad, durabilidad y amortiguación, pero bueno, vaya usted a saber–
A mi personalmente todo ésto de impresión 3D de moda a nivel domestico me trae los recuerdos de aquellas mujeres –incluida mi madre– con sus máquinas de tejer con las que tejían prendas de lana por encargo, algo que tuvo su éxito unos años y que incluso dio para crear un juguete bastante curioso llamado TRICOTOSA… ¿será la impresión 3D doméstica de moda la nueva TRICOTOSA?