«Stop enchufados» podría ser un buen lema de campaña electoral, o la pancarta de una manifestación, pero la realidad es que en España sobran cargos nombrados a dedo en la Administración Pública y sería recomendable reducir su número.
La ONG Transparencia Internacional publicó recientemente el Índice de Percepción de la Corrupción 2017 y nuestro país va para atrás, como los cangrejos. Solo logramos una puntuación de 57 sobre 100. Se han evaluado 180 países y nos hemos quedado entre los puestos 42º y el 45º. El mejor resultado para España –con un sistema de calificación diferente– se obtuvo en 2004, donde conseguimos 71 puntos sobre 100 y el puesto 22º.
Formalmente, los nombrados a dedo son cargos de libre designación o remoción. Cargos o personal de confianza. Hay varias expresiones para denominar el mismo puesto, pero la más común es la de ‘enchufados’. Si el que los nombra cesa, ellos también se van a la calle, aunque algunos se quedan para evitar cambios bruscos. Eso sí, es necesario diferenciar el personal de confianza básico para elaborar un buen trabajo en equipo, con formación y experiencia, no niñatos del partido o afiliados con carnet, de los puestos que sirven como premio de consolación a los miembros del partido que no han salido en las listas y acaban de asesor en una diputación provincial, por ejemplo.
Seguro que alguno de uds. tiene constancia de más de uno, y lo conoce; alguien que no tiene conocimientos técnicos para asesorar en nada, pero es más, y esto los partidos solo lo podrán negar delante de un micrófono, hoy por hoy, estamos pagando el sueldo a centenares de asesores, nombrados a dedo, cuya formación académica o experiencia profesional ignoramos. Muchos de ellos cobran de la institución pública pero hacen tareas para el partido. Bien es cierto que la cosa ha mejorado en los últimos años ya que algunos partidos publican los sueldos de sus asesores y el currículum de ellos, pero no todos.
Fuente: sueldospúblicos