Ante un bebé ‘reborn‘ de silicona uno no sabe si hablar de muñecos, robots, réplicas o directamente de clones. Estas reproducciones de recién nacidos son tan exactas que producen una sensación extraña, casi incómoda, sobre todo cuando se sostienen en el aire los dos, tres o cuatro kilos y cincuenta y pico centímetros de estas criaturas de las que cuelgan miembros inertes que parecen absolutamente reales – tan reales que los más adeptos incluso hablan de fechas de nacimiento y no de fecha de fabricación–
“Hay gente que nos pide que le recreemos en silicona a sus nietos, porque los quieren colocar en una vitrina”, explica Cristina Iglesias, la fundadora y CEO de Babyclon. “Si nos traen buenas imágenes, los esculpimos, los modelamos y los reproducimos. Es como tener un reportaje fotográfico, pero mejor”.