La burbuja inmobiliaria china lleva ya prácticamente una década a punto de explotar y no hay año en que los medios occidentales no alerten de la catástrofe que se avecina. Sin embargo, es muy posible que sus enfoques sobre la subida de precios o la especulación estén demasiado influidos por lo ocurrido con el boom de la construcción de países como los Estados Unidos o España, olvidando que China sigue siendo un país mucho más orientado a la economía planificada y con características más propias de países en vías de desarrollo, por lo que es bastante difícil encontrar paralelismos.