En cuanto al ahorro estamos a niveles de los máximos de la burbuja inmo-financiera, es decir en mínimos y desde el 2015 hemos perdido el miedo y hemos vuelto a mínimos históricos.
Sobre el flujo anual de la deuda parece que volvemos a niveles de confianza, tras producirse el estallido de la burbuja inmobiliria entramos en una fase donde se huía de la deuda como de un virus dado que con la inestabilidad de nuestra economía cualquier pedía dinero si sabía que su puesto de trabajo pendía de un hilo. Ahora parece que aflora la confianza este 2018.
En cuanto al stock de deuda desde hace varios trimestres permanece estable y ahora parece que la curva mira hacia arriba y no hacia abajo.
Por lo tanto se pueden concluir dos cosas una, que los españoles parecen que o tienen mayor perspectiva económica y creen que el sistema les vuelve a permitir adquirir deuda o se adquiere deuda porque con lo que se gana no se llega para todas las necesidades, habrá que determinar pues que productos están comprando a débito los españoles, si descubiertos de tarjeta o crédito al consumo o vivienda y vehículos.