Uno de cada tres rios del país está afectado del problema, ocasionado en especial, por la actividad agrícola y la urbanización del territorio. Éste grave problema medioambiental afectará cada vez a más ecosistemas hídricos en todo el mundo debido al calentamiento global, el consumo creciente de agua y la explotación de los recursos naturales del suelo. Estas son algunas líneas rojas que revela el volumen especial sobre la salinización de los ecosistemas acuáticos, publicado en diciembre en la revista «Philosophical Transactions of the Royal Society B«, editado por varios expertos con la colaboración de algunas universidades oficiales.
La salinización es una grave amenaza medioambiental en todo el planeta, y algunos de los ejemplos más extremos de ello se encuentran en los ríos de Australia. De igual modo, en algunas cuencas fluviales de la Península como el torrente de Soldevila en Sallent –Barcelona-, la llanura del río Ebro o la cuenca del rio Segura en la región de Murcia, tienen salinidades tres o cuatro veces superiores a las del medio marino.
En el conjunto del continente europeo, la salinización relacionada con la actividad humana es cada vez más preocupante, pero faltan aún directivas de regulación. El exceso de sal en los sistemas fluviales genera un grave impacto ecológico, económico y de salud global, en algunos casos relacionado con la concentración de carcinógenos en el medio acuático o bien de metales liberados por la corrosión de tuberías; además la salinización también encarece el proceso de potabilización del agua de consumo.
Fuente y articulo completo: Universidad de Barcelona