Los televisores que venden marcas «baratas» como Vizio o TCL tienen un margen de beneficio muy bajo, en torno al 6%… La clave, igual que ocurre con otros productos como impresoras, es que tan solo necesitan cubrir costes y poco más, ya que el beneficio real llega después con lo que la compañía llama “monetización post-compra”, dado que comercian con los datos de usuarios para compensar el precio de venta. Los datos que se recogen suelen ser qué tipo de series y anuncios vemos, nuestra ubicación aproximada, y algunas cosas más, para luego básicamente mostrarnos publicidad personalizada.
Bill Baxter, actual CTO de Vizio, afirma que, de no recopilarse estos datos, el precio que pagarían los consumidores al comprar sus televisores sería más elevado para compensar el menor beneficio que obtienen a largo plazo con el paso de los años y aunque muchos usuarios afirman que “solo quieren una TV tonta”, sin conexión a Internet y sin aplicaciones, prácticamente ningún fabricante se lo plantea … en primer lugar, porque dejarían de ganar dinero con los datos a largo plazo, y en segundo lugar porque al final la amplia mayoría de personas que busca comprar un televisor nuevo quiere que tenga todas las aplicaciones y funciones inteligentes posibles, donde YouTube o Netflix son las más habituales.
Evidentemente podemos luchar contra dicho problema no conectando a internet nuestra nueva, flamante y barata SmartTV 4K, aunque por desgracia los fabricantes también están solucionando «ese detalle» obligándonos a requerir conexión a Internet para poder usar incluso funciones básicas del TV que no deberían necesitar Internet para nada de nada.
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