Desde luego ambas series no están en esos momentos seductores ni para especular ni para invertir, porque cualquiera de los dos le puede pegar un palo a la cuenta de valores bien largo o corto. Si fuese inversor de Unicaja estaría con la mosca detrás de la oreja porque la entidad no impacta positivamente las negociaciones de fusión y otra porque con lo de no dar a Abanca lo que exigía aparentemente es una falta de transparencia que pudiera preocupar. Ojo que la CNMV no se oponía a la pretensión de Abanca pero al parecer no puede exigirl, es más cree servidor que ni el regulador ni los inversores entienden la negativa de Liberbank si se supone que todo tiene que estar negro sobre blanco.
Así pues tenemos a Liberbank cerca de la base de su canal lateral que si pierde se va al suelo y sin respirar y a Unicaja directamente ya en suelo de su corta historia, a un 38% de su techo o a un 14% del cierre de su primer día de cotización. Vamos que será la fusión del hambre con las ganas de comer como quien dice. Eso si juntas, vaya usted a saber si el actual castigo revierte en premio.
