¡¡ 14.000 millones de euros anuales !!

¿Cómo es posible que el PIB alcance registros de récord y supere en un 9,6% al previo a la crisis mientras las horas trabajadas suman un 7% menos? ¿Cuál es la fórmula mágica para ganar 90.653 millones de euros más en un año trabajando 2.648 millones de horas menos?

El enigma parece tener una respuesta obvia: una de las claves del ‘milagro’ económico español –que convive con fenómenos tan extraordinarios como el que supone alcanzar de manera simultáneamente las mayores cotas de creación de riqueza y de generación de desigualdad de la historiase encuentra en el volumen de horas realmente trabajadas, cada vez más distante de las contratadas en el caso de los asalariados.

Ese fraude, cada vez más extendido como consecuencia de la creciente precarización del empleo, resta al cabo del año casi 30.000 millones de euros a las nóminas de los asalariados –un 5% de lo que reciben– y genera una doble defraudación de más de 10.000 millones a la Seguridad Social y de más de 4.000 millones a Hacienda.

«Esta situación tiene su origen en el miedo a perder el puesto de trabajo”, explica el economista Eduardo Garzón, que se refiera a ella como “el truco perfecto para el empleador: contrata con jornadas parciales e impone horas gratuitas. Es un desguace del empleo«.  Algunos datos apuntan en esa dirección, como la tendencia a reducir la duración oficial de las jornadas, la que figura en los contratos, mientras la productividad se dispara y al mismo tiempo que se cronifica una bolsa de en torno a 150 millones de horas extraordinarias no pagadas al cabo del año.

Ahí radica para Ruth Vallejo, decana de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de Zaragoza, una de las causas por las que los beneficios empresariales ya han superado los niveles previos a la crisis sin que los salarios se recuperen. De hecho, la cuantía conjunta de estos últimos es inferior a la de las ganancias brutas de las empresas; «se está produciendo un aumento de los beneficios muy superior al del empleo y al de los salarios; esa pérdida de peso de la negociación colectiva está quebrando la estructura salarial. Eso es lo que está ocurriendo, más que un mero troceo y reparto del empleo«.

El cruce de los datos de la EPA –que mide las horas que los ocupados admiten dedicar al trabajo– con los de la Contabilidad Nacional –que calcula la riqueza del país y el empleo necesario para producirla– revela la existencia de una descomunal bolsa de horas ‘en negro que ya supera los 2.000 millones solo en el caso de los asalariados.

Fuente y articulo respectivo completo: público  –  https://is.gd/iqmXKg

 

La sensación es que el mercado laboral ya no arde de la misma manera que antaño cuando la economía crece. Los trabajadores, especialmente los más jóvenes, están hastiados… no paran de oír que son la generación más preparada de la Historia pero no ven que ello se refleje ni de lejos en sus muchas veces raquíticos salarios.

El hecho es que ya no es sólo el salario de por sí, sino que además asisten atónitos a cómo se ha roto con la tendencia natural tradicional por la que, cuando el desempleo bajaba y el mercado laboral se tensionaba, los salarios subían. Ahora ya no es así desde hace varios años, y debemos ser conscientes de que no es que vivamos en la era de los trabajos de baja cualificación, sino que vivimos en la era de los salarios bajos: quieren y tienen los duros a cuatro pesetas.

Fuente y articulo respectivo completo: elblogsalmon  –  https://is.gd/hFUa3P

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