El trabajo no remunerado es uno de esos grandes tumores de las economías occidentales, un fenómeno del que no se habla todo lo necesario y que en el caso de España, según datos de 2011, equivalía al 53% del PIB. Se entiende siempre el trabajo no remunerado como esas labores de cuidados que llevan a cabo los familiares de personas dependientes tales como niños, enfermos y mayores, así como también labores del hogar, tareas imprescindibles que no se valoran en casi ninguno de los sentidos posibles y sin las que la sociedad no funcionaría.
Sin embargo, hay otros casos menos habituales, pero que levantan indignación semejante, en los que gente joven –y no tan joven– se ve obligada a trabajar a cambio de nada, para «eso» que algunos denominan «hacer currículum» y, sobre todo en el caso de actividades artísticas o vocacionales, miles de profesionales se ven obligados a trabajar gratis para eso que algunos llaman «crearse un nombre«.
Es mucho más común de lo que creemos, especialmente en profesiones artísticas. Fotógrafos, escritores, estilistas, cantantes, ilustradores o intérpretes lo relatan en primera persona –pueden hacer clic en cada linea siguiente para conocer mejor los detalles de cada caso–
– «La remuneración es poder verme trabajado«: el caso de Soledad, periodista y fotógrafa de Sevilla de 41 años.
– «No solo te piden que actúes gratis, también que le pongas ilusión«: el caso de Aurora, actriz catalana de 35 años.
– «Me dijeron que no tenían dinero para pagarme, pero que mis ilustraciones saldrían en Interview«: el caso de Pablo, ilustrador de Gijón de 35 años.
– «Acepté trabajar sin sueldo, pero me di cuenta de que también trabajaba sin seguridad«: el caso de Laura, gestora cultural riojana de 35 años.
– «Si una productora te llama te está haciendo un favor, y ese favor lo pagas«: el caso de Tino, montador cinematográfico valenciano de 39 años.
– «Le dije que aunque yo no cobrara necesitaría un equipo mínimo de ayudantes«: el caso de Lina, fotógrafa asturiana de 41 años.
– «¿Nos cedéis vuestra música a cambio de salir en los créditos?«: el caso de Álvaro, ‘manager’ musical madrileño de 37 años.
– «El diseño del vestido será tu regalo de boda«: el caso de Lucía, diseñadora gallega de 41 años.
– «Me dijeron que no pagaban, pero corrían con los gastos… y acabé en una pensión sin aire acondicionado«: el caso de Íñigo, periodista musical madrileño de 45 años.
– «Me pasé años escribiendo gratis por la ilusión de ver mi nombre impreso por primera vez«: el caso de Germán, periodista de 34 años.
Fuente: elpais.com/elpais/2019/07/30/icon/1564487314_024835.html