Las urgencias de los hospitales españoles están hasta arriba. Lo constatan los médicos que trabajan en ellas, que se quejan de saturación, de falta de personal y de una dudosa educación sanitaria de algunos ciudadanos, que a menudo acuden a este servicio sin una necesidad real. También lo muestran los datos. En los cinco últimos años con estadísticas disponibles, el número de urgencias atendidas en hospitales ha aumentado un 9%, según datos de las CCAA mientras que la población española está prácticamente estancada en crecimiento.
¿Qué lleva a los ciudadanos a recurrir cada vez más a este servicio? Los expertos consultados apuntan a razones que tienen que ver con los pacientes, que exigen cada vez más inmediatez para achaques que no siempre son graves ni urgentes; pero también con el sistema, que no es capaz de resolver los problemas lo suficientemente rápido en otras instancias y lleva a los usuarios a acudir a un servicio donde saben que serán atendidos en el momento.
La realidad es una solamente; cuando una cita con nuestro médico de cabecera se nos asigna para dentro de una o dos semanas, la gente no lo duda y acude a urgencias.
Las consecuencias son negativas para todo el sistema y también para los ciudadanos. Aunque los hospitales aplican triajes para priorizar los casos más urgentes, el tiempo empleado en otros que no lo son resta personal e infraestructuras para quienes más lo necesitan, y el gasto se paga con el dinero de todos: mientras una consulta de atención primaria tiene un coste de alrededor de 70 euros de media, una atención de urgencias sin hospitalización llega a los 300 euros.
Fuente: elpais.com/sociedad/2020/01/10/actualidad/1578668075_246076.html