No olvidemos a los damnificados del banco Popular

No olvidamos los damnificados bancarios

Las revelaciones de Carlos Balado, ex director general de Comunicación del Banco Popular y del ex consejero Jaime Ruiz Sacristán —ex presidente de la Bolsa de México y recientemente fallecido por el Covid19— han puesto los focos nuevamente sobre Emilio Saracho y sobre el Banco Santander, sobre todo por la participación decisiva de su despacho de abogados de cabecera en toda la operación.

Desde la primavera de 2017, DIARIO16 ha defendido, con documentación, que la caída del Popular y su posterior venta por un euro no fue otra cosa que un «rescate encubierto» al banco presidido por Ana Patricia Botín, todo ello con la presunta colaboración y connivencia del gobierno del Partido Popular que, ¿cómo iba a permitir que se le cayera, nada más y nada menos, que el Banco Santander? Hacerlo, poner en dificultades a la entidad cántabra, hubiera supuesto un escándalo a nivel mundial. Un «too big to fail» no se deja caer así como cualquier cosa. Para evitarlo, además, era fundamental la participación de Europa que, como Rajoy y De Guindos, no podían permitirse que eso sucediera. No se puede olvidar jamás que en ese mismo año 2017 el FMI calificó al Santander como un «peligro sistémico» y que, un año después, en el Congreso de los Diputados, José Antonio Álvarez declaró que llevaban varios años «sin ganar dinero» en España.

La JUR valoró los activos del Popular como los de un banco en liquidación, pero al final, amparándose en un informe que Deloitte elaboró en pocos días, no lo liquidó, sino que se lo vendió al Santander por un euro. Esa es la clave, porque cuando un banco está en liquidación sus activos pasan a valer, automáticamente, entre un 47% y un 67% menos.

Como no se liquidó el banco —algo que sí hicieron las autoridades norteamericanas con Lehman Brothers—, sino que se vendió al Santander por un euro, los activos recuperaron su valoración previa a la resolución de la JUR. Por ejemplo, sólo dos meses después, el Santander vendió el 51% de los activos inmobiliarios a BlackStone, fondo buitre con el que ya llevaba negociando desde el mes de mayo de 2017.

En la práctica todos esos ajustes se realizan sobre el balance de Popular, que se despatrimonializa, quedando latentes, algunas por poco tiempo —fueron enseguida vendidas por el nuevo dueño: Totalbank, Wizink, o la recuperación de los AFD’s—, enormes plusvalías de las que se beneficia Santander.

El banco presidido por Ana Patricia Botín podría alegar que amplió capital para cubrir esos desfases, pero no es así, aunque dé la apariencia de lo contrario. Si así fuese, en ese caso anunciado por Santander, la rentabilidad esperada de esa aparente operación de ampliación para cubrir la compra del Popular fue bien recibida por el mercado, que anticipa una rentabilidad de la operación tal como fue descrita por el Santander —para comprar Popular— de un 20% anual. Si así fuese, la rentabilidad esperada por JP Morgan, Credit Suisse o Morgan Stanley es superior al 20% y ante ello cabe hacerse la pregunta: ¿qué activo se puede comprar en el mercado por un euro al que se inyecte capital y dé automáticamente una rentabilidad del 20% anual? … la respuesta es clara: o no hay, o no valen un euro.

La realidad es que Santander amplió capital para sí mismo, sobre la base de que lo hace para cubrir la compra del Popular, pero, como se ha ido publicando en DIARIO16, esa ampliación tenía otro destino… tapar su agujero.

Es Santander el que amplía capital, es el Grupo Santander el que se refuerza. Con el Popular lo que ocurre es que, una vez despatrimonializado haciendo provisiones sin soporte en la realidad de mercado y sobre la ficción de una liquidación que no se produce en la realidad, contablemente el banco presidido por Ana Patricia Botín hace un traspaso de fondos dentro del Grupo Santander al «nuevo Popular» para reponer el patrimonio que se ha volatilizado con los ajustes del cambio de divisas, pero el patrimonio del Grupo Santander no se ve afectado por ello, como se puede comprobar en sus estados contables.

Las propias cuentas del Santander concluyen que los fondos entran en Santander, que incrementa capital, fondos que se consumen enteramente en cubrir sus desfases por valoración de divisas. Dicho de otra forma, Santander es el propietario único de Popular y asigna unos recursos al mismo como capital, guardando todas las plusvalías latentes en su balance. Para que se vea más gráficamente, ¿qué ocurriría si Santander no hubiese comprado Popular y no hubiese ampliado capital?: previsiblemente su patrimonio neto habría caído en 3.000 millones de euros en un año en el que el beneficio total del período atribuible a sus accionistas fue negativo.


Fuente y articulo original: DIARIO16

diario16.com/caso-popular-la-ampliacion-de-capital-del-santander-revelo-el-verdadero-objetivo-de-la-operacion/

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2 comentarios

  1. Eso lo sabíamos todos, era Vox Populi. El crecimiento del Santander siempre ha sido a cuenta de los accionistas, y en este caso no habría bastante con ellos y habia que engendrar otra operation.

    Saludos

    • Si señor .. ver empapelamiento en la última década .. ampliaciones de capital para pagar dividendos .. cobraban el dividendo y cada vez menos vlor en la acción y para el accionista .. es decir tras cada dividendo tenían más acciones de menos o peor empresa.
      saludos.

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