El andamiaje de los ERTE especiales se tambalea; cada vez más empresarios rechazan acogerse a esta figura, convertida en herramienta clave del Gobierno para salvar nuestro tejido laboral. Sencillamente, la zanahoria de las bonificaciones fiscales ya no compensa el palo de tener que mantener a trabajadores en nómina un mínimo de seis meses tras el retorno a la actividad. Ya no estamos en marzo, cuando decian que la crisis era cosa de un mes o dos, ni tampoco en junio, cuando se pensaba que con el verano se encenderían los motores de la economía; muchos empresarios han hecho cálculos y lo tienen claro: prefieren pagar la cotización completa de sus empleados en un ERTE convencional para tener la facilidad de despedirlos cuando lo consideren necesario porque se espera tal catástrofe económica en los próximos meses que ninguna empresa quiere tener ataduras a la hora de ejecutar despidos individuales o colectivos.
«En septiembre he tenido varios clientes que me han dicho ‘entro en un ERTE’ y han aguantado a pulmón con sus ahorros pero ahora necesitan prescindir de sus trabajadores, incluso dicen abiertamente que no quieren ayudas de la Seguridad Social porque seguramente su empresa desaparezca«, explica Nicolás Martín, reputado abogado en derecho laboral. «La semana pasada, una empresa que organiza una feria importante en el primer trimestre del año metió en un ERTE a todos sus empleados porque se prevé que no pueda organizarla en 2021. Les preguntamos si querían la ayuda de la Seguridad Social y nos dijeron ‘No nos interesan las bonificaciones porque, si en diciembre se confirma que no hay feria, vamos a aplicar un ERE’«.
«El tsunami laboral ya está llegando. La economía quedará arrasada a primeros del año que viene, pero está empezando a tomar forma ahora«, advierte el abogado laboralista Raúl Martínez, «y los ERTE especiales por la pandemia, prorrogados hasta el 31 de enero, son el principal síntoma; por un lado están los empresarios que los rechazan porque esperan despedir a empleados en breve, y por el otro están los empresarios que aunque tienen en marcha ahora un ERTE están valorando si rompen el expediente, devuelven las bonificaciones a la Seguridad Social y despiden ya a parte de su plantilla.«
«Las empresas sujetas a un ERTE están en un puro cálculo económico ahora mismo. ¿Me sale a cuenta devolver las bonificaciones y despedir ya, o es mejor terminar el periodo de salvaguarda de seis meses y despedir entonces?«, apunta Martín. Este fenómeno desmonta la medida estrella de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para afrontar la pandemia. Si los empresarios devuelven las bonificaciones, o esperan a terminar los seis meses de cotización reducida para acto seguido despedir, es que los ERTE especiales no han sido demasiado efectivos.
«Posiblemente no es culpa de nadie, ni del Gobierno ni de los empresarios. Te daban el caramelo de la bonificación a cambio de mantener seis meses el empleo, las reglas eran claras. Pero nadie pensó que el coronavirus estaría tanto tiempo entre nosotros y ahora la realidad es que las empresas ya no pueden más«, indica Martín. «Han sido un cúmulo de desgracias que empezaron con un verano desastroso y han seguido con un puente de octubre perdido. Si la campaña de Navidad tampoco es buena, se terminará de crear la tormenta perfecta. Nos plantaremos en el primer trimestre del año con una actividad muy baja, pues de siempre es el trimestre más triste comercialmente, y con unas empresas sin caja tras la campaña de Navidad, teniendo que devolver los créditos ICO a aquellos que los pidieron, y muchos terminando ya los seis meses de salvaguarda del empleo de los ERTE. Se unirán muchos factores de golpe y seguramente en un margen de dos o tres meses veremos despidos masivos y muchas empresas en quiebra«.
Las gestorías también lo están notando. En marzo, eran las empresas quienes atosigaban a los gestores para tramitar cuanto antes el papeleo de los ERTE. Ahora son los gestores quienes andan informando a los empresarios sobre subvenciones y ayudas pero ya éstos no quieren saber nada.
Fernando Santiago, presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España, lo resume de la siguiente manera. «No quieren acogerse al nuevo ERTE hasta enero porque van a empezar a despedir ya. No hay dinero y no quieren estar supeditados seis u ocho meses sufragando nóminas sin ningún futuro. Un 80% de las pymes están a un paso del cierre. Lo que nos preguntan ahora es: ‘Y si cierro, ¿cuánto tengo que devolver? ¿Y si no pago a la plantilla ni devuelvo la bonificación, qué pasa?’«
Santiago recomienda a muchos de sus clientes que, si no ven un futuro claro, tiren la toalla. «A muchos les digo que vayan al cerrojazo. La esperanza es el gran error del ser humano, todos esperamos hasta el último minuto y cuando esa esperanza no llega, ya no hay remedio. Les digo a las empresas que no esperen una recuperación de la actividad a corto plazo, que no cuenten con la campaña de Navidad para hacer sus planes. Estamos casi en noviembre, creer que en mes y medio habrá tiempo de grandes cenas de Navidad y grandes compras sería ingenuo. Al empresario que ya está herido de muerte le digo que no porfíe toda la solución a la Navidad, porque para entonces la bola de nieve de sus deudas será tres veces más grande«.
Fuente y articulo completo: elconfidencial
elconfidencial.com/empresas/2020-10-17/erte-empresas-despidos-abogados_2791160/