Nunca jamás se había encontrado un arma tan poderosa para el control de masas como la Ingeniería Lingüística, un arma que tiene la finalidad de manipular nuestra mente y fijar creencias que originan unas determinadas respuestas emocionales. Estamos en un momento de la historia único y peligroso, porque la Ingeniería Lingüística actúa a unos niveles de control social difíciles de imaginar.
Somos animales emocionales más que seres inteligentes. Nuestras respuestas emocionales las toma el cerebro límbico mucho antes que lleguen al cerebro lógico, por eso el lenguaje tiene el control sobre nuestra voluntad y nuestras decisiones. Esto lo saben desde hace mucho tiempo.
Hoy la enseñanza está basada en creencias, no en saberes. Se nos dan hipótesis, ideas por tanto, y se nos venden como verdades cuando en realidad son ideologías. Cuando las creemos estamos perdidos. Para nuestro inconsciente todas las creencias son ciertas, por eso los más reticentes en esta pandemia, son las personas con formación universitaria, porque tienen toda la enseñanza introducida en vena en el nivel de las creencias.
Hay una salida para esto: desprogramarse. Quien tiene el control de las emociones tiene el poder.
Poco se está hablando de la censura a Fernando Del Pino en su artículo de opinión en el diario Expansión.
El artículo de Fernando del Pino es éste:
https://www.fpcs.es/basta-ya/