Tanto los futuros del BRENT como del WTI hacen máximos y mínimos ascendentes este año, son de los activos financieros estrellas de este año 2021 en contraposición al año pasado que fueron de los estrellados, pero una cosa si está clara y es que si vuelven el miedo y las restricciones por la nueva variante del covid en una nueva ola sobrevendrá una caída de la demanda y por lo tanto de los precios.
Todo apunta a que la intensidad de la ola ómicron no va a tener la fuerza de otras oleadas del coronavirus, pero cuidado que no sea más grave que otras variantes no significa que sea leve, el peligro que lleva consigo es que las vacunas no están parando esta ola, si aliviando al sistema sanitario pero el número de contagios sigue siendo astronómico y aparte de las muertes «por, con y de covid» están aumentando para finales del primer trimestre se espera que ya se tenga «una nueva dosis específica» contra esta variante pero los laboratorios lo dejan claro, el covid llegó para quedarse cual gripe común.
Así que en los repuntes de la pandemia y en empatía varias veces con los mercados de renta variable veremos caer al oro negro aunque luego siga subiendo desgraciadamente para nuestros bolsillos en particular y para la inflación en general, porque el precio del barril es un inflactor puro de la economía.
Como veis en el presente gráfico tras los máximos de finales de noviembre tanto brent como wti han perdido la mitad de la rentabildad del año quedando a la altura de los máximos de marzo, pero eso si , manteniendo sesgo claramente alcista hasta que pierda la directriz que sostiene sus mínimos de este año.