Estamos viendo este año distintos mínimos anuales pero en el mismo nivel de MACD lo que nos hace sospechar que la caída ha sido más por aversión al riesgo y falta de liquidez que por ventas.
Desde junio la criptomoneda se ha calmado y ha entrado en un movimiento estrecho lateral que al menos le ha permitido salirse de la canalización correctiva y cotizar por encima del mínimo relevante de los 20 000 dólares.
Ahora claro faltaría ver como se comporta el criptomercado en una economía recesiva como parece estar apuntando la estadounidense en particular y la global en general.