El miércoles 13 de noviembre de 2002, el petrolero monocasco Prestige se accidentó en una tormenta mientras transitaba cargado con 77000 toneladas de fuel pesado frente a la Costa de la Muerte, en el noroeste de España. Han pasado más de veinte años y hoy aquí les ponemos una nueva perspectiva del accidente, especialmente en lo relativo a las responsabilidades empresariales y las leyes marítimas, temas sobre los que los mass-media suelen pasar de puntillas.